Desde finales del año pasado he empezado a tomar clases de cerámica en un taller no muy lejos de mi casa.
Durante poco mas de dos horas, trabajo en mi cerámica, tomo café y me respondo algunas preguntas sobre mi con la compañía de mi maestra. He aqui algo de los resultados
Sabemos que tenemos contacto con la cerámica en nuestro día a día: Está en las tazas de nuestro café y los platos de las comidas, nos la encontramos cuando vamos al baño, vivimos en estructuras hechas de cerámica y hasta nuestros dispositivos electrónicos tienen partes del material… Pero entrar en contacto con ella desde una dimensión creadora es un proceso completamente distinto.
La creación artística tiene una evidente dimensión proyectiva. Cuando veo mis piezas terminadas, veo las respuestas a preguntas que me hago sobre las posibilidades de la arcilla, pero también veo preguntas que Julián le hace a Julián sobre Julián. Responderlas ha sido un proceso retador, pero que ha dejado respuestas cuyo valor se corresponde con el trabajo hecho para recogerlas.
A nivel técnico, ha sido un laboratorio ideal para acostumbrarme a los lentes FD, conocer sus particularidades y explotar las posibilidades que me ofrecen.
